En los últimos años, la matanza domiciliaria ha ido perdiendo el significado, debido al desarrollo económico, a la muy importante reducción de las poblaciones rurales y de las economías de subsistencia y, de las cada vez mayores, exigencias y controles de tipo sanitario.
Muchas son las circunstancias que han contribuido al hecho: situaciones socio económicas, limitación de espacios, ordenanzas municipales, disposiciones sanitarias.
Todas juntas han dado al traste con una tradición que constituía una fiesta familiar.
En el año 2007 entró en vigor en España la Ley 32/2007, del 7 de noviembre, para el cuidado de los animales, en su explotación, transporte, experimentación y sacrificio.
Disponía la Ley que no se podía sacrificar el cerdo sin haberlo aturdirlo previamente.
Matar el animal a cuchillo, al estilo antiguo, sin aturdirlo antes con descarga eléctrica supone multa de hasta 600 euros por animal.
Entendieron los ciudadanos (erróneamente) que se había prohibido el sacrificio a cuchillo. Los legisladores explican que la tradición de la matanza no se ha prohibido, sino que se ha modificado levemente el procedimiento para reducir el sufrimiento del animal como un hecho humanitario.
Pero la realidad ha sido otra. La desaparición total de la matanza popular, aunque no sea, sólo, por estas disposiciones legales, cuanto menos oscuras y controvertidas.Aún sobrevive una especie de sucedáneo de matanza, con fines turísticos comerciales, pero desprovista de la tradición, familiaridad, y abastecimiento necesario de la matanza original.”
Yo he visto (hace poco) en la provincia de Catamarca, el sacrificio de estos animalitos, sin hacerles previamente lo que se llama el aturdimiento anterior al acto de sacrificarlo a cuchillo.
Considero una norma que debería ser imitada por todos los países del mundo. Suerte que el sacrificio comercial en los Mataderos oficializados ya se usa desde hace tiempo el aturdimiento del animal para que no sufra.
https://izarduychacinados.blogspot.com/2015/08/salames-emplumado-moho-y-afines.html