Páginas
▼
jueves, 17 de octubre de 2019
La carne dry-aged
Tiempo, aire y temperatura son variables que pueden lograr la putrefacción virtuosa de la carne.
El sabor de la descomposición de la carne posee una fórmula precisa. El tiempo, el aire y la temperatura son las variables para lograr la putrefacción virtuosa. En la boca asoman las notas lácticas, algo dulces, reminiscencias de almendras. No se siente el abombado que si se aprecia en otras maduraciones.
Se maduran los cortes 45 días a 2 grados de temperatura con determinado flujo de aire y 80 por ciento de humedad.
Del trabajo artesanal de ir moviendo los cortes depende mucho de la carne en sí, que va tomando notas lácticas particulares hasta el final del proceso. Porque hay una flora que se genera naturalmente, como en los quesos, que le da una nota particular. También es básica la deshidratación, el 30 por ciento intensifica el sabor. Después, se desata un proceso natural enzimático que tierniza la carne.
La grasa es muy importante para madurar
Con las medias reses de raza Wagyu o carne Kobe, originaria de Japón, se maduran de 180, 90 y 60 días pero el estandar es de 45 días.
El gurú de los cocineros, Harold McGee, en La cocina y los alimentos, explica y detalla aspectos químicos y biológicos de todo lo que llega a la boca. Según cuenta, en el siglo XIX los cuartos de vaca se dejaban a temperatura ambiente por semanas, hasta que la superficie estaba literalmente podrida, en un proceso que llamaban mortificación. Y que esto era muy apreciado por los cocineros y gourmands de aquellos años. Esto gracias al trabajo de las enzimas de los músculos, que atacan a las grandes moléculas celulares y descomponen a las proteínas, logrando mayor terneza en la carne. Si esto además se realiza en seco (en inglés, dry aged, es decir, con la carne al aire libre), se pierde casi un 20% de humedad por evaporación, lo que concentra los sabores. Pero luego llegó la modernidad, con sus reglas de mercado: el ganado comenzó a faenarse más joven, y se sumó la alimentación a base de granos y en establos, por lo que la carne comenzó a ser mucho más tierna, sin precisar un proceso adicional. Y como nadie quiere perder un 20% de peso en su mercadería, la maduración pasó de moda. Hoy, la carne llega del matadero al mercado en apenas un par de días, y de allí directo a la brasas. Pero, para muchos, estas carnes tiernas y jóvenes olvidaron algo importante en el camino: el sabor.
Para contrarrestar esto, cada vez más restaurantes intentan recuperar el verdadero sabor de la carne.
Buena parte de la llegada del dry aged a los restaurantes argentinos se debe a Luis Barcos, que creó la Dry Aged Beef Argentina S.A., desde donde provee de cortes dry aged (madurada un mínimo de 25 días, muchas veces más) a varios restaurantes porteños.
Pero lo más interesante de Barcos es que comenzó, juntamente con el Inti -el instituto de la carne-, la UCA y el Senasa, una investigación para corroborar la vida útil de la carne madurada una vez envasada y evaluar sus características sensoriales.
Has restaurantes que han instalado grandes cámaras frigoríficas propias para madurar todas sus carnes, y dedicaron una específica para los cortes dry aged, con paredes de sal y corriente de aire artificial. Hay cortes están madurados por veinte a treinta días. La mayor parte se realiza envuelta al vacío -wet aged-, pero también tienen el dry aged, que incluye un ojo de bife, un bife de chorizo y el gran T-bone, que pierde un 20% de su humedad y gana sabor y complejidad.
Tiburón podrido (Hákarl)
En Islandia, una de las exquisiteces gastronómicas por excelencia es el tiburón podrido (Hákarl). Dicen que la “preparación” comienza al descuartizar al tiburón en piezas pequeñas. Luego las cuelgan en un cobertizo, donde se secan. Las piezas, con el tiempo, toman un color amarillento… y si el olor del tiburón podrido se extiende por varios metros, entonces se entenderá que está preparado correctamente. Dicen que huele a orina podrida, ¡bastante desagradable!
El Hakarl, o el tiburón fermentado, alimento tradicional de Islandia. se hace del tiburon de Groenlandia o tiburón peregrino. El cual después de muerto es enterrado en el suelo durante 6-12 semanas, hasta que se encuentra en el punto de la putrefacción; y luego se ponen a secar por un período adicional de 5-6, algunas veces hasta los 8 meses.
Esta carne de tiburón posee un alto contenido de ácido úrico y de óxido de trimetilamina, que adquiere a través del proceso de "curación".
La mayoría de los extranjeros encuentran este alimento absolutamente repulsivo. La mejor descripción que se encuentra para su sabor, es que sabe como "queso untado con amoníaco".
El Hakarl, o el tiburón fermentado, alimento tradicional de Islandia. se hace del tiburon de Groenlandia o tiburón peregrino. El cual después de muerto es enterrado en el suelo durante 6-12 semanas, hasta que se encuentra en el punto de la putrefacción; y luego se ponen a secar por un período adicional de 5-6, algunas veces hasta los 8 meses.
Esta carne de tiburón posee un alto contenido de ácido úrico y de óxido de trimetilamina, que adquiere a través del proceso de "curación".
La mayoría de los extranjeros encuentran este alimento absolutamente repulsivo. La mejor descripción que se encuentra para su sabor, es que sabe como "queso untado con amoníaco".
martes, 15 de octubre de 2019
Mortadela arabe
Ingredientes:
Preparación:
Ponerle sal a la carne y amasar en un recipiente. Dejar reposar.
Variante
Ingredientes
Elaboración
- 1 kilo de carne de kebbe picada tres veces
- 3 huevos
- 5 dientes de ajo
- 1 litro de vinagre
- Sal a gusto
- Pimienta de jamaica
- ½ kilo de grasa entera
- 50 gramos de nueces o pistachos
Preparación:
Ponerle sal a la carne y amasar en un recipiente. Dejar reposar.
- Cortar la grasa en tiras finas.
- Pisar el ajo. Colocárselo a la carne junto con la jamaica y dos huevos. Volver a amasar y tomar una porción.
- Desplegar la masa sobre una tabla de madera. Poner tiras de grasa y arrollar como un niño envuelto.
- Tomar con la mano y alisar la superficie con agua y luego huevo batido.
- Colocar en una bandeja enlozada y llevar a la heladera por unas horas.
- Aparte, hervir vinagre, agua y sal en una olla y cocinar las mortadelas allí durante 15 minutos.
- Dejar enfriar en la heladera,
- Para servir, cortar una mortadela en fetas a gusto.
Variante
Ingredientes
- Nalga 1 Kg
- Ajo 2 dientes
- Nueces o piñones 50 g
- Huevos 2
- Harina ½ pocillito
- Pan rallado ½ taza
- Vinagre 1 l
- Agua ½ l
- Manteca 100 g
- Laurel 2 hojas
- Sal
- Pimienta Jamaica
- Sal gruesa
Elaboración
- Preparar la carne como para hacer Quebbe. Agregarle pimienta jamaica en buena cantidad.
- Agregarle el ajo bien molido, los huevos, la harina y el pan rallado mezclando y amasando (puede ser en la procesadora) hasta tener una buena liga y consistencia.
- Formar cilindros de 20 cm de largo y 7 cm de espesor (diámetro).
- Sumergir el preparado en un caldo caliente integrado por el vinagre, agua, sal gruesa, manteca y laurel.
- Hervir con fuego moderado durante 30 minutos, retirar y dejar enfriar.
Los humanos guardaban médula ósea como si fuera carne enlatada hace 400.000 años
Los científicos realizaron una serie de experimentos con huesos actuales para llegar a sus conclusiones. / Maite Arilla |
El trabajo, publicado hoy en la revista Science Advances, demuestra cómo las comunidades humanas de aquel periodo tan antiguo eran capaces de guardar los huesos de los animales cazados durante semanas para procesarlos y consumirlos de manera retardada
“Esta es la evidencia más antigua de este tipo de comportamiento y marca el origen de nuevos modos de adaptación durante el Paleolítico”, explica Jordi Rosell, investigador del IPHES.
“Los grupos humanos de Qesem llevaban a la cueva partes seleccionadas de los cuerpos de los animales que cazaban. Los más comunes eran los gamos, de los que solo transportaban el cráneo y las patas. Por su parte, el tronco era despojado de carne y grasa en el lugar de la cacería”, continúa el científico.
Durante el análisis de los restos de este yacimiento en la Universidad de Tel Aviv se descubrió que las patas de estos cérvidos exhibían marcas de corte únicas en sus extremos que no coincidían con la tipología habitual que se producen cuando se pelan los huesos frescos para fracturar y extraer la médula.
“La médula ósea constituye una fuente de recursos nutricionales muy importante y es consumida de manera regular y preferente desde los orígenes de la humanidad”, explica Ran Barkai, de la Universidad de Tel Aviv.
Hasta ahora, las evidencias apuntaban a un consumo inmediato de la médula después de la muerte de los animales, junto con los tejidos blandos, como la carne. “No obstante, los grupos de Qesem demuestran una alta capacidad de previsión al ser capaces de almacenarla dentro de los propios huesos con la piel y de consumirla de manera diferida”, observa Ruth Blasco del CENIEH.
Un experimento con huesos actuales
Según los investigadores, los huesos utilizados para la conservación serían los que están cubiertos solamente por piel y tendones. Por lo tanto, la piel actuaría como aislante durante el almacenamiento y contribuiría a la preservación de la médula.
Para comprobar esta hipótesis, los investigadores introdujeron durante varias semanas huesos de ciervo dentro de una cámara ambiental que reproducía las condiciones de temperatura y humedad de Israel. Los análisis químicos posteriores constataron que la médula comenzaba un proceso de degradación incipiente a partir de la novena semana.
“Hemos descubierto, por tanto, que preservar el hueso con la piel durante semanas permitiría a los grupos humanos romperlos cuando era necesario y cubrir sus necesidades alimentarias incluso en épocas de escasez”, apunta Rosell.
Maite Arilla, investigadora del IPHES, señala: “Hasta hace poco se consideraba que los grupos humanos del Paleolítico eran cazadores y recolectores que vivían al día y comían lo que atrapaban de manera inmediata. Sin embargo, ahora, con el descubrimiento de Qesem se rompe con esta concepción y se introduce un nuevo elemento en el comportamiento de las comunidades humanas más antiguas, que es la capacidad de previsión”.
Esta es la primera evidencia en el mundo de la conservación y consumo diferido de comida. Este descubrimiento, junto con otros datos obtenidos en el mismo yacimiento, señalan la emergencia de un comportamiento totalmente innovador y moderno en la Prehistoria, que incluye el uso regular del fuego, el reciclaje, la cocción de alimentos y el uso de plumas como elementos decorativos.
Fuentes: agenciasinc.es | Tel Aviv University | elcorreodeburgos.com | 9 de octubre de 2019
Apol
Aunque el Apol pueda no ser considerado charcuteria y mas allá de la controversias por la forma de su preparación, nos gusta dar a conocer esta preparación de pueblo MapucheEl apol (del mapudungun apol o apoll) es un plato de la cocina mapuche que consiste en pulmones rellenos con sangre, sal y ají.
Para prepararlo hay que degollar un animal, normalmente una oveja, y hacer que la sangre y los aliños entren por la tráquea e inunden los pulmones ayudados por las últimas inspiraciones del animal. Después de eviscerar al animal, los pulmones se hierven o se asan y se consumen calientes.
En la memoria mapuche se cuenta que el consumir la sangre e interiores de animales tiene tal importancia, incluso religiosa, que perdura en ceremonias. Es más, algunos cuentan que tendría su origen en la guerra contra el invasor español, cuando Lautaro arrancó el corazón a Pedro de Valdivia y lo comió junto a otros toquis, lo que fue descrito como una leyenda por el historiador José Bengoa.
De acuerdo a la narración que Pascual Coña hace del antiguo casamiento mapuche, (que comenzaba con un rapto de la novia, real en unas ocasiones y ritual en otras), luego de robar a la joven de la casa de sus padres, el novio y sus amigos se ocultaban en un lugar seguro y solían cocinar carne de cordero para alimentarse y celebrar. Entre tanto, uno de los amigos del novio le ofrecía a ella tajadas de apol para entablar conversación y mostrarle que no tenían intención de dañarla.
Esta preparación que encendió las alarmas entre los defensores de los animales: el apol. La organización Elige Veganismo lanzó una campaña en contra de “la matanza” de corderos en el sur de Chile, difundiendo crudas imágenes de esta preparación.
“Más allá de dar por sentada que estas prácticas son válidas solo porque su pueblo las ha practicado desde tiempos remotos, una sociedad tiene derecho a cambiar y enmendar el rumbo cuando, basados en evidencia suficiente, podemos comprender que no hemos estado haciéndolo bien (…) Hoy contamos con evidencia científica suficiente para afirmar que son seres con un comportamiento complejo, dotados de sistema nervioso central y un cerebro capaz de procesar el dolor y las experiencias placenteras”, explica Isabel Collao, vocera de Elige Veganismo, llama a cuestionarse “hasta dónde una tradición culinaria puede ser capaz de justificar este nivel de dolor y sometimiento”.
Conciente de los cuestionamientos a la forma de sacrificar el animal, Iván Ancatén dice que las críticas más bien debieran apuntar a la producción industrial de carne y sus derivados, donde millones de animales a diario nacen, crecen y mueren en condiciones dramáticas. “Cuando lo transformas en negocio, la comida para el sustento pierde el sentido natural de la vida nuestra”, reflexiona.
A través de las redes sociales, el periodista y activista mapuche Pedro Cayuqueo, también dio su opinión respecto al tema. Tras la publicación de este artículo señaló que “El apol es un derecho humano fundamental”, generando un breve debate en Twitter.
Ñachi
Aunque el Ñachi pueda no ser considerado charcuteria, nos gusta dar a conocer esta preparación de pueblo MapucheEl ñachi o ñache es una comida de origen mapuche consumida en Chile, que se prepara con sangre fresca de animal y diversos aliños como cebolla, ajo, cilantro picado fino, merquén y limón.
Se prepara mientras se mata un cordero o un ternero para un asado u otra ocasión semejante. Se recoge la sangre del animal recién degollado en un recipiente que contiene cilantro, merquén o algún otro aliño picante y sal. Se revuelve y agrega jugo de limón. Cuando la sangre se coagula, se corta en cuadritos y se sirve acompañado de vino tinto si se desea.
El Haggis
El haggis consiste en un pudin de vísceras de oveja, normalmente con el corazón, hígado y pulmones, todo esto picado y mezclado con cebolla, harina de avena, sebo (normalmente también de oveja), especias y sal que tradicionalmente se embute en el estómago del animal.
Se suele servir casi siempre en rodajas o deshecho, y acompañado de 2 tipos de puré, uno de patatas, y otro de nabos, y se le añade una salsa hecha de caldo de carne o de whisky.
Se desconoce exactamente el origen de este plato, algunos lo atribuyen a los escotos y otros a los pictos, pero lo que si es seguro, es que en un principio se trató de un plato que consumían las clases humildes, para aprovechar todas las partes del animal.
Actualmente, se sirve en la mayoría de pubs escoceses y se puede comer durante todo el año, pero es muy típico hacerlo la noche de Fin de Año, o bien el 25 de Enero, en la conocida tradicionalmente como Cena de Burns donde se conmemora al poeta nacional de Escocia. Burns escribió el poema Address to a Haggis, que comienza: Fair fa’ your honest, sonsie face, Great chieftain o’ the puddin-race! Aboon them a’ ye tak your place…y se recita como parte de la cena de celebración.
Fair and full is your honest, jolly face,
Great chieftain of the sausage race!
Above them all you take your place,
Stomach, tripe, or intestines:
Well are you worthy of a grace
As long as my arm.
The groaning trencher there you fill,
Your buttocks like a distant hill,
Your pin would help to mend a mill
In time of need,
While through your pores the dews distill
Like amber bead.
His knife see rustic Labour wipe,
And cut you up with ready slight,
Trenching your gushing entrails bright,
Like any ditch;
And then, O what a glorious sight,
Warm steaming, rich!
Then spoon for spoon, the stretch and strive:
Devil take the hindmost, on they drive,
Till all their well swollen bellies by-and-by
Are bent like drums;
Then old head of the table, most like to burst,
'The grace!' hums.
Is there that over his French ragout,
Or olio that would sicken a sow,
Or fricassee would make her vomit
With perfect disgust,
Looks down with sneering, scornful view
On such a dinner?
Poor devil! see him over his trash,
As feeble as a withered rush,
His thin legs a good whip-lash,
His fist a nut;
Through bloody flood or field to dash,
O how unfit.
But mark the Rustic, haggis-fed,
The trembling earth resounds his tread,
Clap in his ample fist a blade,
He'll make it whistle;
And legs, and arms, and heads will cut off
Like the heads of thistles.
You powers, who make mankind your care,
And dish them out their bill of fare,
Old Scotland wants no watery stuff,
That splashes in small wooden dishes;
But if you wish her grateful prayer,
Give her [Scotland] a Haggis!
Se suele servir casi siempre en rodajas o deshecho, y acompañado de 2 tipos de puré, uno de patatas, y otro de nabos, y se le añade una salsa hecha de caldo de carne o de whisky.
Se desconoce exactamente el origen de este plato, algunos lo atribuyen a los escotos y otros a los pictos, pero lo que si es seguro, es que en un principio se trató de un plato que consumían las clases humildes, para aprovechar todas las partes del animal.
Actualmente, se sirve en la mayoría de pubs escoceses y se puede comer durante todo el año, pero es muy típico hacerlo la noche de Fin de Año, o bien el 25 de Enero, en la conocida tradicionalmente como Cena de Burns donde se conmemora al poeta nacional de Escocia. Burns escribió el poema Address to a Haggis, que comienza: Fair fa’ your honest, sonsie face, Great chieftain o’ the puddin-race! Aboon them a’ ye tak your place…y se recita como parte de la cena de celebración.
Fair and full is your honest, jolly face,
Great chieftain of the sausage race!
Above them all you take your place,
Stomach, tripe, or intestines:
Well are you worthy of a grace
As long as my arm.
The groaning trencher there you fill,
Your buttocks like a distant hill,
Your pin would help to mend a mill
In time of need,
While through your pores the dews distill
Like amber bead.
His knife see rustic Labour wipe,
And cut you up with ready slight,
Trenching your gushing entrails bright,
Like any ditch;
And then, O what a glorious sight,
Warm steaming, rich!
Then spoon for spoon, the stretch and strive:
Devil take the hindmost, on they drive,
Till all their well swollen bellies by-and-by
Are bent like drums;
Then old head of the table, most like to burst,
'The grace!' hums.
Is there that over his French ragout,
Or olio that would sicken a sow,
Or fricassee would make her vomit
With perfect disgust,
Looks down with sneering, scornful view
On such a dinner?
Poor devil! see him over his trash,
As feeble as a withered rush,
His thin legs a good whip-lash,
His fist a nut;
Through bloody flood or field to dash,
O how unfit.
But mark the Rustic, haggis-fed,
The trembling earth resounds his tread,
Clap in his ample fist a blade,
He'll make it whistle;
And legs, and arms, and heads will cut off
Like the heads of thistles.
You powers, who make mankind your care,
And dish them out their bill of fare,
Old Scotland wants no watery stuff,
That splashes in small wooden dishes;
But if you wish her grateful prayer,
Give her [Scotland] a Haggis!
Bondiola
Ingredientes:
- 4 piezas, 6.5kg
- 8 kilos de sal gruesa
- 1 kilo de azúcar
- 60gr salitre
- Luego de lavar y orear las 4 bondiolas se pusieron cubiertas con sal sobre las parrillitas improvisadas para que no queden en contacto con la humedad mientras se curan.
- Se llevaron a la heladera.
- Luego de estar todo el fin de semana cubiertas de sal sobre la parrillita improvisada de aluminio (que funcionó espectacular), se termino el proceso.
La humedad que drenó de las bondiolas quedo por debajo de la parrilla lo cual hizo que la carne drene muy bien y no este húmeda abajo con el liquido que van perdiendo. - Luego se les quito la sal con agua corriente; al tomar la bondiola se nota que esta un poco mas dura y el color es distinto. Una vez limpias se dejo orear un par de horas sobre la mesada arriba de las parrillas.
- Luego se prepara una mezcla de pimentón, ají molido, merken y pimienta partida y eso lo mojamos con un macerado, hecho el dia en que pusimos la carne en sal, de tequila con agua, ajos, ají putapario y romero.
- Se frota la pasta en todos los recovecos de las bondiolas, luego son envueltas en papel microporoso como si fueran un caramelo y se las coloca en la red elástica.
- Para colgarlas se atan los extremos de cada una con un alambre, se les pone un hilo en forma de anillo, se pesan y fueron colgadas para esperar un mes aproximadamente o hasta que pierdan 30% de su peso, las piezas mas chicas estarán listas antes que los trozos de mayor tamaño.
Ternera Picada
Esto se puede hacer con las piezas de carne que quedan en el congelador o en la heladera.
Ingredientes
Ingredientes
- Sal — 2%
- CUR#2 (sal nitrito)
- Pimienta negra — 0,5%
- Chili,
- pimienta Sichuan — por un pellizco de cada uno (2 gr) para una aroma adicional
- Salsa Teriyaki — 15 gr Jerez (brandy, whisky, coñac — lo que prefiere) — 30 gr
- Corte la carne en cubitos de 3−4 cm más o menos y se colocan en la bolsa de plástico con cierre adhesivo junto con los ingredientes.
- La carne con especias se guarda en la nevera durante 5 días. Después se coloca la carne en un molde y se pone en sous-vide. También, en vez de sous-vide, se puede utilizar el horno convencional.
Es importante mantener la misma temperatura durante un tiempo fijo: +76C. 22 horas. - Durante este plazo de tiempo bastante largo todas las membranas y venas de la carne se ponen muy suave y se puede comerlas. Y lo que es más importante es que se libera el colágeno el que funciona como el adhesivo para juntar las piezas de carne y además el que añade una buena aroma al plato.
- Justo después, cuando la carne está lista, hay que enfriarla en agua muy fría durante 30 minutos sin sacar del molde.
- Luego ponemos la carne en la nevera para 3 horas como mínimo.
- Lo mejor es servirlo frío y acompañar con mostaza, rábano picante u otras salazones.
Tocino
Ingredientes:
Preparación:
- Un vaso de sal
- Media taza de azúcar.
- 3-4 hojas de laurel,
- Hierbabuena
- Clavo de olor
- Un poco de semillas de mostaza
- Tocino(Panceta) o Falda
- Ajo
- Tomamos un vaso de sal, media taza de azúcar, 3-4 hojas de laurel, granos de pimienta, clavos y algunas semillas de mostaza.
- Verter un litro de agua y hervir. Mezclar bien la sal y el azúcar. Cuando hierve, quitar del fuego y dejar enfriar.
- Tomamos tocino que a muchos les gusta "gordo". cortarmos los bordes y hacemos 2-3 cortes en la piel.
- Poner en la salmuera enfriada y dejar reposar a temperatura ambiente de 12 a 24 horas. Luego retire por otro día en la nevera.
- Han pasado 2 días de que la manteca de cerdo está lista, agregar el ajo finamente picado y cualquier especia que te guste.
Carne De Caballo
En Argentina la prohibición para faenar caballos se impuso por primera vez con el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Después de una serie de regulaciones, con el retorno del peronismo y de la mano de José Ber Gelbard en el '74 quedó habilitado el faenado pero con restricciones: se prohibió en todo el país la matanza de animales machos menores de 12 años y hembras menores de 15, salvo que estuvieran lastimados. Raúl Alfonsín reimplantó la prohibición completa, vigente hasta 1995, cuando la ley 24.525 impulsó definitivamente el consumo, fomento y desarrollo del ganado equino y subproductos. Pero los promotores del negocio no quedaron satisfechos, los caballos más chicos continuaban preservándose. De la mano de Carlos Menem, el 19 de agosto de 1998, con el decreto 974., no hay límites de edad para la matanza de caballos.
Según el por entonces presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Santiago Muzzupappa, se desarrollo en el país un circuito clandestino de comercialización de carne de caballo. Según Muzzupappa el bocadillo dulce del caballo es habitual como insumo en embutidos. "La gente debiera mirar menos los precios --ironizó-- y más la composición de las hamburguesas". Si bien la ausencia de un mercado demandante impide a nivel local la venta directa y visible del animal como alimento, suele usárselo como insumo en fiambres o embutidos. Miguel Brascó, director de Cuisine et Vins, sostuvo que las viejas hamburguesas paty eran "mitad carne de vaca, mitad de caballo".
Los decretos hasta el año 1998
Es que alrededor de la carne equina hay un negocio tan oscuro como millonario: entre enero y noviembre de 2014 se exportaron 15.267 toneladas por US$ 56,8 millones, pero se estima que hay otro tanto de ventas al exterior no declaradas.
Entre 2009 y 2011 se exportó un promedio de 33.000 toneladas anuales por un monto de US$ 85 millones, pero luego las ventas comenzaron a decaer. Según datos del Ministerio de Agricultura de la Nación, en 11 meses de 2014 se vendieron al exterior 15.267 toneladas de carne equina, mientras que en 2010 se habían exportado 23.474 toneladas por valor de US$ 78,2 millones; en 2011, 21.225 por US$ 87,56 millones; en 2012, 18.237 por US$ 72 millones y en 2013, 16.197 por US$ 57 millones.
Más allá de que se estima que la cantidad real (lo declarado más lo informal) rondaría las 30.000 toneladas anuales -según una fuente de la industria-, la caída en la exportación en los últimos años se debe a que hay más exigencias de trazabilidad, fundamentalmente impuestas por el principal comprador, que es Rusia (allí usan la carne para tratar a personas con problemas cardíacos).
Los contenedores que viajan principalmente a Rusia y la Unión Europea son el producto final de una actividad poco clara que efectúan los "tacheros", como se llama a los hombres que andan por los campos en busca de "tachos", es decir, caballos que ya no sirven para el trabajo. Ellos pagan 80 centavos de dólar por kilo en pie de caballo, mientras que un kilo de esa carne se exporta a US$ 3,78 (US$ 3782 por tonelada) y se consigue en comercios europeos a un precio que va de 14 a 16 euros.
Según explica un académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, de un caballo se aprovecha un porcentaje mucho mayor que de un vacuno: una vez faenado deja un 60% de su peso aprovechable. "El rinde en dinero que tiene la res de caballo es mucho más alto que el del mejor novillo de exportación", afirma esta fuente.
Otro eslabón del negocio son los frigoríficos. Hay seis en el país, pero eran siete antes de que cerrara el Frigorífico Uriburu, ubicado en la localidad homónima de La Pampa. Los establecimientos que hoy funcionan son Indio Pampa, en Trenque Lauquen; Lamar, en Mercedes; Equino Entre Ríos, en Gualeguay; Aimar, en Río Cuarto; Solemac, en Río Negro, y Natural Carni, en Chubut.
Como la carne equina no se consume en la Argentina por una cuestión cultural, estas plantas exportan toda su producción. En algunas zonas de la Patagonia se la suele consumir en fresco por tradicional. En tanto, en Europa hay carnicerías de carne de caballo puestas a todo lujo. Una de las cosas que incrementó en ese continente su consumo fue la crisis de la enfermedad de la Vaca Loca (encefalopatía espongiforme bovina).
El frigorífico le paga al acopiador, que luego con ese dinero sale y vuelve a comprar. Carnean al animal, lo despostan y lo venden como carne enfriada y congelada. "Hay alguna forma de exportación particular, como sucede con Italia, que viene y compra animales en pie, llena varios barcos, los utiliza durante el verano como paseadores y luego los mata y los vende como carne", explica un hombre que está en el negocio.
Para tener una idea, según una fuente del sector, el frigorífico de Gualeguay exporta carne enfriada sin hueso y carne congelada sin hueso, menudencias congeladas, médulas congeladas, tripas y tendones salados, cueros salados, pericardios frescos, fetos, ovarios, colas y cerdas. Este frigorífico exportó en 2009 a la Unión Europea y a Suiza 1713 toneladas de carne, y a Japón, unas 203 toneladas.
El país fue hasta 2008 el mayor exportador de carne equina en el mundo, pero no tiene una estructura de producción, sino que se nutre de caballos de descarte o silvestres, como los de la precordillera mendocina.
Tal como relata un entendido en el tema, no existe en la Argentina una cultura de criar caballos para faena. Varias veces, incluso, se dispuso una prohibición para faenar: la primera vez fue en épocas de Juan Manuel de Rosas. En 1995, una ley levantó definitivamente esa restricción.
En el país no hay conciencia de producir carne de caballo. La única raza que estaría en condiciones de ofrecer animales aptos para exportación es el Percherón y sus derivados, como el Tiro Argentino. Pero hoy hay muy pocos criadores de esta raza en la Argentina, y es por eso que se hace difícil proveer productores específicos de carne equina.
Según datos del Ministerio de Agricultura basados en información del Indec, los principales mercados en facturación en 2014 fueron: Rusia (con US$ 28 millones), Bélgica (US$ 9,4 millones); Francia (US$ 9 millones), Italia (US$ 5,8 millones), Japón (con US$ 1,7 millones), Países Bajos (US$ 1,2 millones), Kazajtán (US$ 940.000); Suiza (US$ 412.000), Belarús (US$ 143.000), y Vietnam (US$ 44.000).
No son pocos los caballos que van a parar al matadero: si se toman en cuenta las cifras declaradas y que constan en informes de la cartera de Agricultura, se advierte que se faenan cada año unos 130.000 equinos (en épocas de mayor auge, se llegó a 230.000). El 43% de estos animales son hembras. El 60% proviene de la provincia de Buenos Aires y el 40% restante, de Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Río Negro y Chubut.
Más allá de estas cifras correspondientes a animales faenados, la Argentina también exporta ejemplares en pie: fueron 2641 en 2011 (último dato publicado), que se vendieron por un valor total de US$ 20.385.573. Claro que estos caballos corren mejor suerte que sus congéneres, que, como reza el refrán gauchesco, "van derecho al matadero".
Según el por entonces presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Santiago Muzzupappa, se desarrollo en el país un circuito clandestino de comercialización de carne de caballo. Según Muzzupappa el bocadillo dulce del caballo es habitual como insumo en embutidos. "La gente debiera mirar menos los precios --ironizó-- y más la composición de las hamburguesas". Si bien la ausencia de un mercado demandante impide a nivel local la venta directa y visible del animal como alimento, suele usárselo como insumo en fiambres o embutidos. Miguel Brascó, director de Cuisine et Vins, sostuvo que las viejas hamburguesas paty eran "mitad carne de vaca, mitad de caballo".
Los decretos hasta el año 1998
- En el '74 el decreto 1591 prohibió en todo el país la matanza para faenamiento con cualquier destino de caballos, machos, menores de 12 años y hembras, de 15. Hubo una excepción y fue para los animales lastimados.
- Raúl Alfonsín prohibió todo tipo de faena, pero la restricción que fue levantada en el '95 por una ley del Congreso. Con el número 24.525 la ley impulsó el consumo, fomento y desarrollo del ganado equino y subproductos.
- Todavía seguía vigente la restricción de la edad.
- La vida de una caballo apenas supera los 20 años.
- Los promotores de la desregulación argumentaron que los caballos más jóvenes son mas tiernos y pueden colocarse a mejores precios.
- El nuevo decreto de Carlos Menem, número 874, derogó el límite de edad impuesto en el '74 porque no "se compadece con la política de promoción y fomento de la producción de carne equina".
- El negocio de la exportación de faena equina mueve 80 millones de dólares anuales.
Es que alrededor de la carne equina hay un negocio tan oscuro como millonario: entre enero y noviembre de 2014 se exportaron 15.267 toneladas por US$ 56,8 millones, pero se estima que hay otro tanto de ventas al exterior no declaradas.
Entre 2009 y 2011 se exportó un promedio de 33.000 toneladas anuales por un monto de US$ 85 millones, pero luego las ventas comenzaron a decaer. Según datos del Ministerio de Agricultura de la Nación, en 11 meses de 2014 se vendieron al exterior 15.267 toneladas de carne equina, mientras que en 2010 se habían exportado 23.474 toneladas por valor de US$ 78,2 millones; en 2011, 21.225 por US$ 87,56 millones; en 2012, 18.237 por US$ 72 millones y en 2013, 16.197 por US$ 57 millones.
Más allá de que se estima que la cantidad real (lo declarado más lo informal) rondaría las 30.000 toneladas anuales -según una fuente de la industria-, la caída en la exportación en los últimos años se debe a que hay más exigencias de trazabilidad, fundamentalmente impuestas por el principal comprador, que es Rusia (allí usan la carne para tratar a personas con problemas cardíacos).
Los contenedores que viajan principalmente a Rusia y la Unión Europea son el producto final de una actividad poco clara que efectúan los "tacheros", como se llama a los hombres que andan por los campos en busca de "tachos", es decir, caballos que ya no sirven para el trabajo. Ellos pagan 80 centavos de dólar por kilo en pie de caballo, mientras que un kilo de esa carne se exporta a US$ 3,78 (US$ 3782 por tonelada) y se consigue en comercios europeos a un precio que va de 14 a 16 euros.
Según explica un académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, de un caballo se aprovecha un porcentaje mucho mayor que de un vacuno: una vez faenado deja un 60% de su peso aprovechable. "El rinde en dinero que tiene la res de caballo es mucho más alto que el del mejor novillo de exportación", afirma esta fuente.
Otro eslabón del negocio son los frigoríficos. Hay seis en el país, pero eran siete antes de que cerrara el Frigorífico Uriburu, ubicado en la localidad homónima de La Pampa. Los establecimientos que hoy funcionan son Indio Pampa, en Trenque Lauquen; Lamar, en Mercedes; Equino Entre Ríos, en Gualeguay; Aimar, en Río Cuarto; Solemac, en Río Negro, y Natural Carni, en Chubut.
Como la carne equina no se consume en la Argentina por una cuestión cultural, estas plantas exportan toda su producción. En algunas zonas de la Patagonia se la suele consumir en fresco por tradicional. En tanto, en Europa hay carnicerías de carne de caballo puestas a todo lujo. Una de las cosas que incrementó en ese continente su consumo fue la crisis de la enfermedad de la Vaca Loca (encefalopatía espongiforme bovina).
El frigorífico le paga al acopiador, que luego con ese dinero sale y vuelve a comprar. Carnean al animal, lo despostan y lo venden como carne enfriada y congelada. "Hay alguna forma de exportación particular, como sucede con Italia, que viene y compra animales en pie, llena varios barcos, los utiliza durante el verano como paseadores y luego los mata y los vende como carne", explica un hombre que está en el negocio.
Para tener una idea, según una fuente del sector, el frigorífico de Gualeguay exporta carne enfriada sin hueso y carne congelada sin hueso, menudencias congeladas, médulas congeladas, tripas y tendones salados, cueros salados, pericardios frescos, fetos, ovarios, colas y cerdas. Este frigorífico exportó en 2009 a la Unión Europea y a Suiza 1713 toneladas de carne, y a Japón, unas 203 toneladas.
El país fue hasta 2008 el mayor exportador de carne equina en el mundo, pero no tiene una estructura de producción, sino que se nutre de caballos de descarte o silvestres, como los de la precordillera mendocina.
Tal como relata un entendido en el tema, no existe en la Argentina una cultura de criar caballos para faena. Varias veces, incluso, se dispuso una prohibición para faenar: la primera vez fue en épocas de Juan Manuel de Rosas. En 1995, una ley levantó definitivamente esa restricción.
En el país no hay conciencia de producir carne de caballo. La única raza que estaría en condiciones de ofrecer animales aptos para exportación es el Percherón y sus derivados, como el Tiro Argentino. Pero hoy hay muy pocos criadores de esta raza en la Argentina, y es por eso que se hace difícil proveer productores específicos de carne equina.
Según datos del Ministerio de Agricultura basados en información del Indec, los principales mercados en facturación en 2014 fueron: Rusia (con US$ 28 millones), Bélgica (US$ 9,4 millones); Francia (US$ 9 millones), Italia (US$ 5,8 millones), Japón (con US$ 1,7 millones), Países Bajos (US$ 1,2 millones), Kazajtán (US$ 940.000); Suiza (US$ 412.000), Belarús (US$ 143.000), y Vietnam (US$ 44.000).
No son pocos los caballos que van a parar al matadero: si se toman en cuenta las cifras declaradas y que constan en informes de la cartera de Agricultura, se advierte que se faenan cada año unos 130.000 equinos (en épocas de mayor auge, se llegó a 230.000). El 43% de estos animales son hembras. El 60% proviene de la provincia de Buenos Aires y el 40% restante, de Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Río Negro y Chubut.
Más allá de estas cifras correspondientes a animales faenados, la Argentina también exporta ejemplares en pie: fueron 2641 en 2011 (último dato publicado), que se vendieron por un valor total de US$ 20.385.573. Claro que estos caballos corren mejor suerte que sus congéneres, que, como reza el refrán gauchesco, "van derecho al matadero".