Raspar bien el cuero del tocino, que no quede ninguna cerda; se lava y se frota bien el cuero con bicarbonato y se deja un buen rato; se lava de nuevo y se corta en porciones de ocho (8) centímetros de largo por dos (2) o tres (3) centímetro de ancho, haciéndoles unos cortes en forma de flecos.
Se ponen en la sartén con el agua y la sal, se dejan cocinar a fuego lento, volteándolos de vez en cuando; después de que se evapore el agua, se deja freír en su propia grasa hasta que se tuesten.
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